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Este mes de Abril les traemos: Tacos con historia y legendarios.

miércoles, 26 de junio de 2013

Hijo de la Luna



Hoy les comparto una leyenda y como toda leyenda ha sido cambiada con el tiempo, por personas que agregan u omiten información, y un ejemplo claro es "Hijo de la luna" existen muchas versiones basadas en una canción del mismo nombre. Esta versión me ha gustado, y espero les agrade como a mi.
 A y D






Se encontraba en un pequeño claro del bosque, tristemente iluminado solo por una enorme luna llena. La joven estaba arrodillada en una roca sollozando. Lo tenía todo preparado, tenía todo lo que necesitaba.

Esa misma noche sus problemas acabarían, al fin. Desde el anochecer llevaba allí, el amanecer sería la hora apropiada. Había pasado toda la noche con los preparativos para su ritual. Ya casi era la hora, ya veía aparecer los rayos del Sol en el horizonte. En seguida la Luna huiría de el y sería en ese momento de debilidad cuando podría hablar con ella.


Justo cuando aparecía el Sol, un solitario rayo de la Luna iluminó el pequeño claro, y en el rayo venía una doncella

-¿Porqué me has llamado, joven gitana? –habló una joven y dulce voz.

Era la luna, una mujer muy joven y anciana a la vez, hermosa como ninguna, pero en su rostro se observaba desdicha. Era amaba y correspondida pero no podía estar con su amado más que una vez al año. Los dioses la habían condenado a separarse de él. Tras mucho suplicar, consiguió que le permitiesen reunirse con su amado una vez al año. Durante ese día, su amor eclipsaría el mundo. A cambio de esto, le volvieron estéril, jamás podría tener hijos, estaría sola.

La joven gitana asombrada se acerco y habló

-Señora Luna, te he conjurado porque hiciste una promesa a nuestra raza por ayudarte, hoy vengo a reclamar nuestra recompensa

-Recuerdo esa promesa, doncella. Vosotras, las gitanas de la familia del astro de la noche, me ayudasteis a hablar con mi único amor que siempre huye de mi, a cambio os prometí que a vosotras no os pasaría lo que me pasó a mi. Cumpliré mi promesa. 


-He sido rechazada en varias ocasiones. No encuentro a un hombre para mi, necesito tu ayuda. Nosotras te reunimos con tu amor, úneme tu al mío –suplicó con firmeza.

-Tendrás a tu hombre, Piel Morena, pero a cambio quiero –dijo mientras subía al cielo- el primer hijo que le engendres y así dejaré de estar sola.

-Así será, Luna de Plata –prometió entre sollozos la gitana. Era un alto precio el que tenía que pagar, pero podría tener más hijos. Y así mantenía la protección que les ofrecía la diosa Luna en ese mundo.

Dicho esto Luna se alejó del mundo mortal y volvió a su solitario lugar.

Al poco tiempo, se celebró una boda, la gitana había encontrado al ser querido. Fue una gran fiesta. Era una gran pareja, la gitana había tenido mucha suerte al conseguir a aquel hombre. Su marido era un gran cazador conocido en todo el clan, fuerte y valiente.

Meses después la mujer dio a luz a un niño, pero el niño era blanco como el lomo de un armiño, de ojos grises y cabello plateado. Realmente el era el hijo de la Luna, pensó la gitana asombrada. Tendría que explicárselo todo a su marido, pero no sabría escoger las palabras adecuadas.

El gitano se enteró de que era padre y se dirigió contento a su hogar a conocer a su primogénito. En la puerta se encontró a su mujer con el rostro empapado en lágrimas.

-¿Dónde está mi hijo, mujer? –preguntó, ignorando sus lágrimas.

-Dentro, durmiendo. Pero te suplico que no entres aun –pidió la gitana.

Al entrar, el gitano vio a su hijo, completamente pálido, un niño albino.

-Gritó furioso, despertando al niño. ¿De quién es el hijo? Me has engañado.

El gitano, al creerse deshonrado, se dirigió a su mujer, con un cuchillo en la mano y de muerte la hirió entre los sollozos del niño. Después tomando al niño entre sus brazos se fue al monte con el y allí lo abandonó.

Al borde de la muerte, la madre murmuro palabras de amor hacia su hijo.
- Hijo de la Luna, en la distancia siempre te añoraré, yo seré tus más hermosos sueños. Yo estaré allí donde tu estés, yo siempre velaré por ti.

En ese momento se le apareció Luna.

- Dime Luna de Plata, ¿qué pretendes hacer con un niño de piel?

- Yo cuidaré de el. Si el niño llora, menguaré para darle una cuna y le meceré. Si tiene frío, le rodearé de nubes. Al igual que yo, estará envuelto en oscuridad, pero siempre iluminará el camino a los demás.


Por ultimo los dejamos con una hermosa versión de la canción Hijo de la Luna interpretada por la maravillosa cantante Sarah Brightman 




  

domingo, 23 de junio de 2013

La Luna y el Lobo

La luna ha dado pie a muchas historias en todas las culturas. Aquí un mito que pese a que ha cambiando poco a poco con el paso de los años, mantiene su sentimiento y... dolor.

A y D


La Luna y el Lobo




Al principio, hace muchos muchos años, el sol y la luna caminaban entre nosotros. También lo hacían los espiritus de los animales, y de los bosques y las montañas. Los humanos aprendíamos de ellos, y los tratabamos como a respetados ancestros.

Un día, Lobo caminaba entre sus amados bosques y se encontró con una mujer hermosa con un aura muy poderosa por lo que intuyó, acertadamente, que se trataba de un poderoso espiritu. En efecto, se trataba de Luna, que estaba deleitandose de la noche estrellada.

Se presentaron cortesmente y, cuando Lobo le preguntó que estaba haciendo por allí ella sóla, puesto que por muy poderosa que fuese, también había otros poderosos espíritus de la naturaleza por aquellas tierras, le contesto que estaba esperando a Sol, su marido. Lobo se ofreció, cortesmente, a esperar con ella, por si acaso alguno de esos otros espiritus se acercaba. Poco antes del amanecer, Sol apareció para reunirse con su mujer y, trás saludar friamente a Lobo y agradecerle que acompañase a su esposa mientras que ella le esperaba, se la llevó de allí.

Varios días después, Lobo volvió a encontrarse con Luna en circunstancias parecidas y, de nuevo, le hizo compañia hasta que reapareció Sol. De nuevo este se porto educado pero frío con Lobo y acabó llevandose de allí a su esposa al poco rato.

Cada pocos días la situación se volvía a repetir y, poco a poco, con las conversaciones que mantenían Lobo y Luna mientras esperaban a Sol, Lobo fue enamorandose de Luna, pese a saber cuanto amaba esta a su marido. Y, también poco a poco, Sol iba siendo cada vez más hostil con Lobo. Sin embargo, poco a poco Luna cada vez iba sintiendose más comoda con Lobo a su alrededor, aprendiendo lo que era tener a alguien que la escuchase y la mirase como si fuese lo más importante del universo. Pero, pese a lo que pudiese parecer, no sentía más que amistad por Lobo; y este lo sabía.

Finalmente, uno de esos días, estaba Luna muy triste puesto que, pese a todo lo que amaba a Sol, no conseguía que su marido se preocupase un poco más de estar con ella y un poco menos de recorrer el mundo observando a los humanos y deleitándose de su adoración hacia él. Hablando con Lobo sobre el tema, las lágrimas empezaron a caer de sus ojos, por lo que él la abrazó para consolarla, con la mala fortuna de que en ese momento, apareció Sol. 

Les miró unos segundos antes de encenderse, literalmente, totalmente furioso y abofetearla, gritando y proclamando a los cuatro vientos que, ya que ella le había sido infiel, nunca volvería a mirarla cara a cara. Tras eso, salió del bosque sin mirar atras.

Lobo se sintió dividido entre sí salir detras de Sol y darle una lección por como había tratado a Luna o consolarla y cuidarla por el daño que le había hecho su marido y, finalmente, venció esta segunda opción. Cuando se giró para mirarla, vio que tenía un lado de la cara totalmente quemado y lloraba profusamente tanto del dolor como de la tristeza ante la actitud de su marido. Lobo la tomó entre sus brazos y la llevo a su cueva, donde le curó la cara y la cuidó hasta que estuvo totalmente recuperada de la odisea.

 Cuando ya estuvo lista para irse, habló con Lobo y le dijo:

-Te agradezco profundamente tu ayuda y tu amistad, pero me temo que debo irme de estas tierras puesto que, cada vez que hablo contigo, cada vez que te veo, no hago más que recordar lo que he perdido por los celos de mi marido... Volveré al cielo e intentaré recuperarle, aunque el se niegue a verme. Pero, antes de irme, quisiera agradecerte tu amistad, puesto que es lo único que ha evitado que hiciese alguna tontería. Como muestra de mi agradecimiento, alumbraré la noche para que tú y todos los tuyos sean capaces de cazar tanto de noche como de día. Tal vez no sea mucho, pero es todo lo que puedo ofrecer. 


Diciendo eso, salió de la cueva, sin mirar atrás, ocultándose la parte quemada de su rostro. Cuando Lobo estuvo seguro de que ya no podía oirle, empezó a llorar y aullar de dolor puesto que, pese a que sabía que sólo podría tener amistad, incluso eso lo había perdido por los celos de Sol.

Muchos años más tarde, los espiritus dejaron de andar entre nosotros, pero todos los descendientes de Lobo conocían la historia de su ancestro y compartían su tristeza. Por eso, aullan lastimeramente cada vez que ven la Luna y, también por eso, hacen la mayoría de su vida de noche, con la esperanza de que si pasan todo el tiempo que puedan bajo su atenta mirada, finalmente se apiadará de su ancestro y volverá a su lado, aunque sólo sea para compartir su amistad.

También es por eso que la Luna nos muestra siempre el mismo lado de su cara, puesto que el que oculta tiene la cicatriz que Sol le causó y, finalmente, es por eso que solo durante un eclipse solar la luna y el sol están juntos unos instantes, en un intento de ella de ser perdonada algún día.

miércoles, 19 de junio de 2013

El vaso con agua

Una mañana el profesor como siempre empezó su clase pero ahora sosteniendo un vaso con agua. Lo levantó y preguntó a la clase, “¿Cuánto creen que este vaso pesa?”

¡50ml! … ¡100ml! …. ¡125ml!
… respondieron los estudiantes.


Realmente no podría saberlo sin antes pesarlo -respondió el profesor-, pero mi pregunta ahora es: ¿Qué puede pasar si lo sostengo unos minutos?

Nada…. Respondieron los estudiantes.

Ok, ¿Qué podría pasar si lo sostengo una hora? Pregunto de nuevo el profesor.

Su brazo podría dolerle, dijo uno de los estudiantes.

Estás en lo correcto, ahora ¿Qué pasaría si lo sostengo todo el día? Insistió el profesor.

¡Su brazo se entumecerá, quizá tenga estrés muscular y parálisis, y seguro tendría que ir al hospital!
…. Dijo un estudiante mientras todos rieron.

¡Muy bien! Pero en ese tiempo ¿El peso del vaso cambió?
Pregunto de nuevo el profesor.

No… fue la respuesta de todos.


Entonces ¿Qué causa que el brazo duela y que el músculo se estrese?

Los estudiantes no sabían que contestar estaban sorprendidos por las preguntas insistentes del profesor hacia el vaso.

¿Qué debo hacer ahora para que se me quite el dolor? Preguntó una vez más.

¡Baje el vaso! Dijo un estudiante.

¡EXACTAMENTE! Dijo el profesor. 

“Los problemas de la vida son como este vaso. Mantenlos en la cabeza por unos pocos minutos y estarán bien. Pero al pensar en ellos por un largo tiempo, empezarán a doler, como el vaso en la mano. 


Es importante el pensar en los retos y problemas en tu vida, pero más importante es ponerlos abajo al final de cada día, antes de ir a dormir.
¡De esa manera, no tendrás estrés, despertarás bien cada día, y manejarás cualquier situación o reto que se presente en tu camino!"



Así que ¡BAJA EL VASO HOY! 

Suyos para soñar
D y A <3


miércoles, 12 de junio de 2013

La princesa que buscaba marido

Han pasado muchas lunas desde la última entrada. Pero volvemos. Ahora en Junio, traeremos nuevas historias para reflexionar. Hoy les dejamos con una que quizá no tenga el final que deseamos leer, si no el final que debe de tener.

La princesa que buscaba marido.
de Jore Bucay


Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real.

 Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue.

Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven.Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días.

La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. 

Entonces le había dicho al rey:
- Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere.

El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él.

Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. 

Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo:

- Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más?

Y el hijo contestó:
- ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor. Pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. ¿Verdad madre? Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi amor.

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Voz de Jorge Bucay



¿Lindo? Es todo por ahora, que tengan un excelente día.
Suyos para soñar: 
D. y. A.